Este proyecto, ubicado en Punta Diamante, Acapulco, en el estado de Guerrero, traduce las características y propiedades geométricas de un diamante. Al aplicar la inspiración/referencia homónima al Memorial, se fragmenta; el diseño genera un esquema de orden y distribución de los diferentes espacios, potencia simbólica y significativa del agua, estableciendo un estanque cristalino como núcleo del cual surgen las circulaciones y los ejes compositivos que enmarcan el complejo de edificios.

El programa se compone del vestíbulo principal – donde se encuentra este cuerpo reflejante – que articula el área de velatorio, sala de espera, salón de belleza, un restaurante con terraza un área de servicios y una capilla.

El mausoleo de 15,000 m² aprovecha las condiciones de su entorno para establecer una atmósfera de paz y tranquilidad, que ayuda al público usuario a conllevar la gran carga sentimental que significa lidiar con el proceso de defunción de sus seres queridos. Las condiciones espaciales pueden ser sanadoras y fuentes de esperanza.

El edificio establece una expresividad basada en la coyuntura de los distintos volúmenes masivos con acabados de mármol, integrados a partir del espejo de agua, utilizando un lenguaje de sobriedad. Este logra la unión virtual del programa con el mar, extendiéndose al exterior y obsequiando espacios de pensamiento.